Se suele pensar que las cosas que no nos gustan que nos pasen, son las que nos ocurren a todas horas, que si se tropieza con una piedra, vas a volver a encontrártela en otro momento de tu vida, y que si ya te avisaron de algo, te lo echarán en cara mas tarde. Pues yo creo, que las casualidades no existen, y que si una persona aparece en tu vida, es por un motivo. Puede que sea mala, puede que te haga daño, o puede que estés junto a ella años y años, y no te canses nunca. Pero todas ellas, te harán aprender algo, porque como bien se dice, de los errores se aprende. Y es que poco a poco te das cuenta de que todos los te quiero no son sinceros; ni de que todas las sonrisas son de verdad, porque cuando una persona sonríe, no siempre es porque está feliz, a veces significa que es fuerte. Que grandes amigos pueden convertirse en completos desconocidos. Que todos aquellos que te querían, ahora te pueden odiar. Que lo que duele no son las mentiras que dicen, si no las verdades que se callan. Que la vida es negra o blanca, pero nunca de color rosa, y que quien tan poco te demuestra, es porque aun menos le importas.
Te darás cuenta de que la vida es muy corta, ya que el tiempo corre muy deprisa, porque aquí, quien no corre, vuela.
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